By Medios Locales | Mayo 03, 2025
Villa Aldama celebró este 3 de mayo una de sus festividades más representativas: el Día de la Santa Cruz, una fecha que une la devoción religiosa con la historia y las expresiones culturales más auténticas del pueblo.
En una jornada llena de espiritualidad, tradición y memoria colectiva, los habitantes de Villa Aldama celebraron este 3 de mayo el día de la Santa Cruz, una de las festividades religiosas más significativas del municipio, cuyo simbolismo se entrelaza con momentos clave de la historia local.
Este año, como ya es tradición desde hace décadas, la celebración tuvo lugar en el sitio conocido como el Polvorín, donde desde muy temprano comenzaron las actividades religiosas y comunitarias. En este punto, considerado emblemático por la comunidad, se realizaron misas, rezos, procesiones y se instalaron altares decorados con flores y cruces, símbolo de fe y protección.
La conmemoración del 3 de mayo también remite a un hecho histórico fundamental para Villa Aldama: en esta misma fecha, pero en 1880, se colocó la primera piedra para la construcción de la iglesia , hoy Parroquia de la Sagrada Familia. El acto fue encabezado por el señor cura de Perote, Antonino Andrés Roa, con autorización del Tercer Obispo de Veracruz, Don Ignacio Suárez Peredo.
La obra fue impulsada por la comunidad a través de una junta directiva compuesta por Evaristo García (presidente), José de la Luz García (secretario) y Jesús García (tesorero). El director de obra fue José Herrera, albañil originario de Sierra de Agua, quien trabajó junto a un grupo de albañiles y peones con recursos donados por los propios pobladores.
Después de colocar la piedra, la comunidad celebró con una gran fiesta organizada por el profesor Don Ismael Landa, originario de Las Vigas. Hubo paseo cívico con alumnos, carros alegóricos y fuegos artificiales, marcando así el inicio de una devoción profunda hacia la Santa Cruz.
En 1990 , la celebración principal se trasladó de la Represa al Polvorín, lugar desde donde se abastece de agua al municipio. Desde entonces, el Polvorín se ha convertido en punto de encuentro tradicional para rendir homenaje a la Santa Cruz, congregando a familias enteras, autoridades eclesiásticas, y habitantes de todas las edades.
Hoy, la comunidad mantiene viva esta celebración con convivios comunitarios, alimentos típicos como tamales, atole y pan, así como expresiones culturales que reafirman su identidad. Uno de los momentos más esperados por chicos y grandes son los bailes de los gracejos, una tradición profundamente arraigada en Villa Aldama. Con trajes coloridos, máscaras y sombreros adornados, los gracejos recorren las calles y espacios públicos realizando danzas que combinan alegría, sátira y elementos de religiosidad popular. Estos personajes, que representan al pueblo festivo y a veces al pícaro, son símbolo del ingenio y resistencia cultural de la comunidad. Su participación no solo alegra el ambiente, sino que refuerza el sentido de pertenencia y continuidad generacional. La festividad del 3 de mayo representa no solo la devoción religiosa, sino también el orgullo de un pueblo que honra su historia, sus tradiciones y sus raíces vivas.